sábado, 3 de agosto de 2019

AMORES LÍQUIDOS


      He vuelto a casa, a los cincuenta metros cuadrados a los que algunos llaman ático aunque no sea más que el piso más pequeño de la cuarta planta de la calle Escuela, en pleno centro de Chiclana. No lo hecho inmediatamente, me he tomado mi tiempo. Después de dejarla en Arranz he conducido con gusto, he pensado poco, he puesto el disco de The Clash y no he parado de canturrear durante todo el trayecto de vuelta. Aún olía el asiento del copiloto a su perfume, no al que acostumbra a llevar sino al otro que se puso cuando la llevé a casa, un Lolita que olía duro. En cierta manera me alegré de oler a nadie, para dejar de pensar en ella rápido, más rápido de lo que suelo hacer. 
     Desconecto pensando en otra, o en el fútbol o en la última reunión del partido.  Sebastián no lo hace mal, toma decisiones, ordena y manda como quien pide un favor pero mirando a los ojos con decisión y distancia. No hay dudas cuando mi jefe me pide que le redacte el informe del comisionado o que haga la llamada a la embajada de K. Así miro yo también a Raquel,  cuando le señalo el camino que quiero que tomen sus manos y las arrastro hacia mi polla, hasta hacerme olvidar que soy Iván, que tengo 45 años y que cada noche ceno solo delante del televisor. Podría cenar con Estrella, como lo he estado haciendo durante los últimos cuatro años, no todas las noches, sí las alternas, las que podía y quería, o ella me dejaba querer. 
     Volvía de Sotador y conducía un rato hasta su casa, a las afueras de la ciudad, a veinte metros de la playa,  cogidos de la cintura. Sus finos labios me sonreían llenos de entusiasmo porque la agarraba como ella quería, como si me perteneciera, ella que parecía no querer ser de nadie y yo que parecía no querer ser dueño de nada, cerraba los ojos y la besaba sin mirar su boca, deslizando la punta de mi lengua entre sus dientes sólo un poquito, para que fantaseara con la ilusión de ser mi dueña.

La búsqueda de la felicidad, de Dominic Savage.





https://www.lavanguardia.com/cine/20181214/453534432084/dominic-savage-la-busqueda-de-la-felicidad-estrenos-cine-video-seo-ext.html?s

Una película con la que muchas podrían identificarse. Yo, que fui madre muy joven, casada y con muchas cargas y obligaciones familiares, nunca cejé en mi deseo y en mi sueño que fueron desde siempre dedicarme a la filosofía y a la literatura. Por eso estudiaba duramente, compaginando crianza, cuidados y trabajo. Mi empeño y mi no claudicación a mi proyecto de vida, forjados en la niñez y en la adolescencia, me salvaron y me permitieron llegar a tener un cuarto propio y dinero para no depender de nadie, como recomendaba sabiamente Virginia Woolf. Por el camino quedaron muchas cosas pero conseguí la libertad de ser yo misma, el camino certero para ser feliz. La búsqueda de la felicidad ( la mística de la feminidad de B. Friedan resuena intensamente), es una película de rotura interior y de la necesidad de recuperar la libertad y el sentido de tu propia vida.

Y sin embargo, se mueve.

 Después de un tiempo de inactividad, vuelvo a poner a punto mi blog. 14 de abril de 2023. Primavera. Todo florece. Las actividades se multi...